Por Alexandra Sumasi
Publicado en .Alexandra Sumasi, Côtes du Rhône
No te lo digo yo, te lo dice Alberto Rivera, sumiller y propietario del restaurante Candeli en Madrid, junto a su hermano, también sumiller, Francisco Rivera. Con Candeli iniciamos gira y visitamos restaurantes donde los vinos The Wine Pilot están dejando huella.
Ni un instante lo dudó Rivera, «el blanco La Fiole me gusta mucho. Es un Côte du Rhone, elaborado con grenache blanc, clairette y viognier, con una crianza sobre lías durante seis meses». A la hora de maridar, este vino es bastante versátil: como aperitivo es excelente para abrir boca, y en la comida, acompaña muy bien a mariscos y carnes suaves. Y aunque no es un vino blanco dulce, también podemos disfrutarlo con un postre de frutas. La Fiole está elaborado por la maison Brotte -una bodega que sabe muy bien cómo hacer vino y que, además de en la Côte du Rhone, tiene viñedos propios en Chateauneuf du Pape- y forma parte de la atractiva vinoteca de Candeli.
El reto para Alberto Rivera fue más allá. A mi pregunta sobre con qué plato serviría La Fiole encontró rápidamente el plato ideal. «Por las características del vino, frutado en nariz y con una acidez muy equilibrada en boca, yo lo serviría con nuestras zamburiñas horneadas al azafrán, un plato delicado y sabroso, con una de las especias más valoradas del mundo y que, precisamente ahora, se encuentra en plena época de recogida. Resumiendo: creo que La Fiole y las zamburiñas al azafrán conforman una pareja ideal». La recomendación para La Fiole es servirlo a una temperatura de 9 grados, aunque si te gusta algo más frío, puedes bajar a 8º. La botella de La Fiole tiene un precio de 23,50 euros y la ración de zamburiñas sale a 16 euros: ¡un aperitivo perfecto para compartir y disfrutar!
¿Qué encontrar en Candeli?
Restaurante idóneo para todas las ocasiones: gusta tanto a familias y parejas como a amigos deseosos de compartir platos. Su oferta culinaria es clásica, con especial oda al producto, una obsesión con la que consiguen ofrecer alta calidad. La mayoría de los platos se elaboran a la vista en una auténtica parrilla vasca, un método tradicional que conserva
el sabor del propio alimento, enriqueciéndolo con el ligero ahumado de la brasa. La sala está atendida por sus propietarios, los hermanos Francisco y Alberto Rivera, sumilleres ambos por la Cámara de Comercio de Madrid con lo que de vinos saben un rato- y jefes de sala de su propio negocio.
El restaurante, que se halla en el número 47 de la madrileña calle Ponzano, tiene tres esp
acios diferenciados: una entrada con mesas altas y con carta de tapeo, un comedor continuo con mesas bajas y ambiente distendido, y una sala ‘escondida’, elegante y confortable, para disfrutar de una comida o cena en un ambiente tranquilo, aunque sean las 11 de la noche de un viernes en esta concurrida gastrocalle.
En la entrada, a rebosar cualquier noche del año, puede disfrutarse de una carta de picoteo o bien, de la carta del restaurante en un ambiente bullicioso y divertido. Es un espacio ideal para compartir platos y pasar un buen rato con amigos o con compañeros de trabajo en horario afterwork.
El comedor continuo, de corte juvenil y ameno, es ideal para veladas en pareja o con amigos disfrutando de una agradable charla. El servicio, atento, estará pendiente de que la comida o cena sea todo un éxito.
Y la sala situada al final es absolutamente idónea para reuniones de negocios en un entorno elegante y tranquilo, en una de las calles gastronómicas más potentes de la capital, pero preservado del bullicio que la acompaña. Además, hay un parking a apenas 50 metros para no perder el tiempo buscando aparcamiento. Y ojo al dato: abre todos los días de la semana excepto domingos noche.
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