Los prejuicios nos sirven para juzgar superficialmente. En este post nos atrevemos a hablar en general de los vinos franceses a través de los estereotipos de su población. Porque el vino está hecho por el hombre y todos somos hijos de nuestra madre.

Y para poder entender de un buen sorbo la personalidad de ambos, con sus deliciosas excepciones, os dejamos algunas consideraciones gustativas a tener en cuenta:

1. La nariz grande de Cyrano de Bergerac nos demuestra cuán importante es el aroma del vino en general (pues es su alma) y del vino galo en particular. Recuerda que su fragancia no solo nos llega a través de la vía nasal directa, si no también de la indirecta. Si quieres ponerlo en práctica hazlo con una copa de un Côte du Rhone como Brotte La Fiole Rouge. Un vino intenso, tánico y con un buen potencial de envejecimiento. Matices a frutos rojos como moras o arándanos y los rastros picantes de la pimienta negra se convierten en caza cuando maduran
2. Dicen las malas lenguas que los franceses son chauvinistas. Y es que el orgullo de ser francés está en el mismo terroir (esta palabra que engloba terreno, climatología y el savoir faire de la mano que lo elabora). Así que recomendamos en mayúsculas el CHABLIS NAUDIN VARRAULT PREMIER CRU BEAUROY. Climas frescos como los de Champagne y Chablis dan vinos de cuerpo ligero o mediano, de acidez alta con notas de manzana o ciruela verde. ¡No dejéis de probarlo!
3. Buenos amantes, románticos, sexies, presumidos… A los franceses les encanta seducir con besos (tres mejor que dos), por ello es la patria del glamour y del  champagne. ¿Has probado el champagne Baron de Mark para entenderlo?
4. Los franceses y su pasado religioso: Quizás el vino más conocido del valle del Ródano sea el Châteauneuf du Pape AOC. Que significa literalmente “Castillo nuevo del Papa”. Pues en 1308 el Papa Clemente V trasladó la sede del papado a Aviñón. Este vino de culto es de gran importancia en la historia de Francia porque fue aquí donde se originó el concepto de Appellation Contrôlée. Muchos viñedos, especialmente en partes de Châteauneuf du Pape, están cubiertos con cantos que retienen el calor y mantienen los viñedos calientes durante la noche. Esto ayuda a que las uvas ganen más madurez. Recupera la fe catando un Brotte Chateneauneuf du Pape Secret de Barville.
5. Que son muy educados y formales, compruébalo con la perfección gustativa de Côte du Rhone La Fiole Blanc. Un vino que queda bien con todo.
6. Y para acabar es verdad que un francés nunca te dirá que no si le ofreces un aperitivo. Y es que los vinos están pensados para ir de la mano de la comida con una agradable acidez y si es con queso, aún mejor. Por ello algo que tienen en común todos los vinos franceses es que siempre quedan mejor si van acompañados de comida. Y que el aperitivo si es con amigos, mejor.

Meritxell Falgueras

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