Por Roberto Lorente Ucar
Publicado en Gastronomía, Le-Rosé
Poco que no se sepa ya se puede decir de Ridley Scott, un cineasta británico con una carrera cinematográfica impresionante. Descubrió su pasión por el cine desde muy joven. Tras estudiar diseño gráfico en la Royal College of Art de Londres, empezó a dirigir anuncios publicitarios, donde demostró su talento innato para contar historias visualmente atractivas.
Scott es conocido por su estilo visual distintivo y su capacidad para crear películas que impactan al espectador a nivel emocional. Entre sus éxitos más destacados sobresalen dos películas, Alien (1979) y Blade Runner (1982), no solo por ser obras maestras, sino por definir un género propio. Muchos años más tarde se reinventaría con Gladiator (2000), una película maravillosa cargada de emotividad, historia y acción.
Pero Scott no solo es un cineasta exitoso, sino que también es un apasionado del vino. En 1992 viajó por primera vez a Francia y quedó completamente enamorado de la Provenza. El sol, el mar y los vinos hipnotizaron a Scott, que comenzó a pasar allí gran parte del año.
En 1995 decide materializar su pasión fundando la bodega Mas des Infermières, situada en la región vinícola de Les Baux-de-Provence, en el sur de Francia. Para Scott, la vinificación es “el arte de la paciencia”, y su amor por los vinos tintos del sur de Francia se refleja en la calidad de los vinos que produce su bodega.
La bodega está situada en un lugar privilegiado para la viticultura, rodeada de olivares y plantas aromáticas que infunden un sabor mediterráneo en los vinos. El nombre de la bodega, Mas des Infermières, proviene de la leyenda de que la finca fue un hospital militar durante la Primera Guerra Mundial donde se alojaban las enfermeras. Aunque no se sabe con certeza si bebían vino, es evidente que a Ridley Scott le encanta.
La bodega tiene un importante compromiso ecológico que gira en torno a la protección y el desarrollo de la población de abejas en la finca. Este objetivo fundamental tiene implicaciones en todos los aspectos de su viticultura, como reducir su huella de carbono, optimizar el consumo de agua o minimizar el uso de cualquier producto químico. Cuenta con la certificación ecológica HVE, (Alto Valor Ambiental).
Hoy en día, la bodega es dirigida por el hijo de Scott, Luke, quien también trabaja en el mundo del cine. Juntos, producen vinos que son una delicia para los sentidos y que reflejan la pasión de la familia Scott por el vino y la vinificación. Si alguna vez tienes la oportunidad de probar uno de sus vinos, no la dejes pasar, ¡brinda por Ridley Scott y por su amor por el cine y el vino!
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